Ayer, viernes 9 de noviembre, quedamos a las 4 en la E.O.I.B.D. 5 alumnos de Primero de Coreano de las clases de Martes/Jueves a las 4 de la tarde: Carmen, Judit, Albert, Gerard y Mariano, con la intención de repasar un poco las dudas que teníamos. Las cosas, como siempre en la vida, ocurrieron de maneras y en horarios no esperados. En primer lugar no estuvimos los 5 juntos hasta las 4,30. A continuación empezó la peregrinación para buscar un sitio donde pudiéramos sentarnos y estudiar en grupo. Empezamos a buscar y buscar, llegamos hasta Las Ramblas, Albert preguntó en dos hoteles, miramos diferentes sitios hasta que se nos ocurrió pensar si estarían abiertas las clases donde hacemos el curso ya que previamente yo había estado a las 3,45 por todas las plantas de la E.O.I.B.D. y estaba todo cerrado y en la biblioteca había 5 personas separadas estudiando en silencio.
El caso es que al final pudimos hacer nuestro repaso en la misma clase que usamos normalmente previo haber pedido permiso en la secretaría y habida cuenta de que a las 7 cerraban pero nosotros teníamos cita con la "Sonsengnim" a partir de las 6.40, así que nos dirigimos todos a las sexta planta, al "Deapartament de Coreà" donde nos esperaba la profesora que nos hizo una foto para su fichero personal y se apuntó nuestros móviles y correos electrónicos y enseguida estuvimos libres para ir a tomar algo.
Primero fuimos buscando el Carrer de la Palla a un sitio conde Carmen quería tomar un té "muy raro" para mi, bueno, para el resto también pues nadie lo había probado antes a excepción de ella. Lo probamos y seguimos andando hacia un restaurante chino auténtico que Albert conocía cerca del Arco del Triunfo y allí llegamos en un buen horario cuando aún no había mucha gente, así que allí estuvimos y con la ayuda de Albert que se expresa perfectamente en Chino, hizo el pedido de la comida y allí estuvimos cenando por un precio muy económico y con todas las viandas muy sabrosas y bien preparadas. Comimos con palillos y cuchara. Yo pedí cubiertos pero sólo los usé al final cuando quedaban granitos de arroz que con los palillos no los podía coger, además comiendo con palillos me duró más el plato de "arroz frito con marisco".
El restaurante acabó lleno hasta los topes y con gente en la calle esperando para entrar. Albert se encontró con un amigo Tailandés con el que había estado estudiando en China y se alegró mucho del encuentro y luego fuimos caminando por la noche barcelonesa hasta el Mercado de San Antonio, donde nos separamos para regresar cada uno a sus casas. Buena tarde de viernes. Aquí dejo algunas fotos que hice para ilustrar el relato.
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